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AMIGO DE PECADORES… Mt.11:19

    Este es uno de los pasajes que más me ha estremecido el corazón, y esa conclusión: “amigo de pecadores”. Ese Jesús al que se etiqueta así, es un Jesús incomprendido, alguien que no calzaba en las estructuras religiosas de ese tiempo, y quizás, no calzaría tampoco en las nuestras.   Imagino que si el Señor apareciera nuevamente entre nosotros, lo crucificaríamos de nuevo. ¡Qué tragedia! Él tenía cercanía con aquellos a los que se desecha en las iglesias, personas de mala referencia, para no describir claramente. Decían que él se hacía acompañar de golosos, de personas tomadoras.   Y una vez, se le vio conversando con una samaritana, también una mujer de mala reputación le lavó los pies con sus lágrimas. Un religioso jamás haría lo que él hizo: tocó a un leproso, Marcos 1:41, y otro día entró en casa de un ladrón confeso llamado Zaqueo: “si he defraudado a alguien le devolveré cuatro veces más”.   Una persona solo devolvía cuatro veces más cuando debía devol...

OREN POR MI HIJA...

  La señora Chamorro nos enseñó la verdadera forma de interpretar la Biblia, aunque ella jamás había asistido a un instituto bíblico. Su hermenéutica consistía únicamente en practicar lo que enseña la Escritura, y esperar los resultados. Esa mujer estaba llena de paciencia y perseverancia en la    oración. Cada lunes que nos reuníamos para orar, ella solicitaba una oración: “pido a Dios por mi hija, tengo muchos años de no saber nada de ella”. Lo que pasó fue que la hija de esta anciana había abandonado el hogar rumbo a un país extranjero, y en su viaje se olvidó de comunicarse con su anciana madre. Cada lunes de oración la mujer pasaba esa misma petición, con perseverancia, siempre constante. Pasaron varios años con la misma solicitud. Creo que esa mujer hizo esa petición durante unos cinco años en cada culto de oración, y también diariamente en sus oraciones personales. Tengo que confesar que aquella petición llegó a “fastidiarme un poquito”, porque esa madre h...

ALGUNOS… Hebreos 10:25

  Tengo 12,783 días desde mi bautismo y 1820 domingos menos uno de congregarme, sin incluir que algunos domingos fueron dobles, más reuniones en días de semana. Digo “menos uno” porque en 1987 dejé de asistir un domingo por razones sociopolíticas, el gobierno comunista de mi país perseguía a los jóvenes de mi edad para mandarlos a la guerra. La persona que escribió Hebreos, exhortó: “ no dejando de congregarnos, como “algunos” tienen por costumbre…” He.10:25, RV60. Pues sí, ALGUNOS acostumbran no congregarse. Por supuesto, estas persona “tiene sus razones” para no asistir a las reuniones frecuentes de la iglesia, pero el Espíritu Santo acá dice que se trata de “una costumbre”. Costumbre: “ Manera habitual de obrar una persona, establecida por un largo uso o adquirida por la repetición de actos de la misma especie”.   Sí, la costumbre de no congregarse es un mal hábito adquirido. Costumbre se traduce de una palabra que indica un hábito prescrito por la ley, como puede apr...

LA METAMORFOSIS

Mucha gente piensa que recibirá lo que pide en oración solo porque oró. Y es cierto que la Biblia dice “Pidan, y Dios les dará”, Mateo 7:7. Sin embargo, recibir no es así de fácil. Deberíamos dejar de pensar que la oración es “una lámpara de Aladino”, que solo se frota para que aparezca el genio que otorga cualquier deseo. No es así. El cuentecito ese es solo “una fábula” que ilustra la forma en la que el ser humano quisiera que fueran las cosas: recibo todo lo que quiero solo con desearlo. Para recibir cualquier cosa que pidamos, hay un secreto dicho a voces: EL CAMBIO. Sí, debemos convertirnos en aquello que pedimos, de lo contrario, ¿cómo podremos recibir? Se lo explico con dos o tres ejemplos: Una persona ora a Dios diciendo que quiere mejorar su economía, que ya no quiere vivir en tanta pobreza. Pues bueno, hay varias cosas que están asociadas a la prosperidad económica: el trabajo diligente, el ahorro, la buena administración, la generosidad, etc. ¿Acaso Dios puede darle una fort...

VACÚNATE PARA LA VIDA

  Solemos pensar que la felicidad solo está asociada con momentos alegres, esos momentos altos de dopamina, cuando estamos llenos de un sentimiento de bienestar. La noticia es mala: no es así. La vida nos dará golpes difíciles, traiciones, desengaños, frustraciones, sentimientos encontrados que nos confundirán. Pero esos golpes son fundamentales para la felicidad. ¿Cómo podemos comprender la felicidad si primero no pasamos por la adversidad? ¿Cómo podríamos distinguir entre una instancia y otra si no conocemos ambas? Lo bueno de la adversidad, y por lo que nos ayuda a ser felices, es que nos prepara con madurez, para resistir sabiamente esos momentos complicados. Imagínese si nunca tuviera conflictos, si nunca lo traicionaran, si no s ufriera, si solo disfrutara de la alegría, ¿cómo podría resistir en la tormenta? ¿cómo? Una fuerte tormenta nos ayuda a fabricar un barco fuerte. Dicen que cuando uno se vacuna, realmente lo que hacen es inocularle en el cuerpo el mismo virus de...

EL MILLONARIO MENDIGO

  Como pastor, estoy cerca de las personas con las que me congrego. Una terapia muy importante que uso es escucharlas, saber qué les está ocurriendo. Veo que a las personas les gusta que uno se interese por ellas. Por eso, conozco en gran medida los laberintos por los que muchos de ellos están atravesando, y me doy cuenta que la mayoría tiene un factor común: NO ENTIENDEN NI DISFRUTAN LA PRESENCIA DE DIOS. Solemos orar con angustia y mostrando mucha necesidad de las cosas que pedimos, pero una actitud así es incoherente con el Dios que nos llena plenamente, que nos satisface. ¿Por qué? Debemos aceptar que Dios lo es todo para nosotros, que él nos llena por completo y que él nos es suficiente.   Su presencia suprime nuestras necesidades por que él es suficiente, “en teoría”. Experimentar la presencia de Dios, es sentirnos totalmente satisfechos: ¿A quién tengo en el cielo? ¡Sólo a ti! Estando contigo nada quiero en la tierra.   Todo mi ser se consume, pero Dios es ...

DIOS HABLA HOY, y los dibujos más vistos de la historia

Annie Vallotton Tenía 14 años y en la familia pasábamos una crisis.   Con mi salario de la semana del pequeño taller en el que trabajaba, fui el sábado, después de cobrar, al supermercado por algo de alimentos, y así aliviar un poco la situación que pasábamos en la familia. Jesús y la Samaritana Yo no era dado a la lectura, pero me dirigí a la parte de libros, y allí vi una biblia de empastado azul con una cruz, la paloma símbolo del Espíritu Santo, y un globo terráqueo. Como me quedó un poco para comprarla, la llevé a casa para, según yo, comenzar a leer la Biblia desde ese momento. Era la famosa versión Dios Habla Hoy, con un impresionante español latinoamericano, y unas ilustraciones sorprendentes: los dibujos de la suiza Annie Vallotton que en esa versión son sencillamente impresionantes. Recuerdo que por las noches me iba a mi cama, y abrir la biblia era algo fascinante para mí: creo que pasaba unas dos horas recorriendo las páginas de esa mi primer biblia solo para ver lo...