MANOS A LA OBRA


Nehemías 2:18.
Nehemías fue el gobernador de Jerusalén en los tiempos de reconstrucción, cerca del año 445 antes de Cristo. Cuando él llegó a Jerusalén, nadie sabía lo que tenía planeado hacer, Neh.2:16. Estaba dispuesto a reconstruir el muro de la ciudad, destruido décadas atrás.
Lo primero que hizo fue examinar cómo se encontraba la ciudad para hacer planes de reconstrucción, apoyado por el pueblo, Neh.2:11-15. Luego comunicó sus ideas a los residentes de Jerusalén, 2:17. El entusiasmo de las personas fue inmediato, y a una voz gritaron: “Manos a las obra. Y unieron la acción a la palabra”. 2:18.
¿Cuántos planes hay en nuestra vida sin realizar? Muchas personas andan por allí diciendo a voz en cuello lo que tienen planeado hacer, pero nunca han hecho nada. ¿Cómo se considera usted? ¿Ha logrado cumplir sus metas, ha realizado sus planes?
Según el ejemplo que encontramos en Nehemías, ¿cómo podemos alcanzar nuestras metas en este mundo? Leamos Neh.2:11-18, y saquemos algunas ideas de cómo actuó este brillante gobernador para cumplir con el propósito que tenía de reconstruir la ciudad de Jerusalén.
1. Nehemías tenía un plan bien definido, 2:17, reconstruir la ciudad. ¿Tiene usted un plan bien trazado en cuanto a su futuro?
2. No fue un hablador, 2:16. No había contado a nadie lo que quería hacer. Cuando realmente alguien va a hacer algo, no lo anda divulgando. En el caso de Nehemías, confirmamos que esto es cierto. ¿Es usted hablador o discreto con sus planes?
3. Motivó a las personas, 2:17. Demostró carácter de líder y sabía cómo lograr de las personas lo que quería para obtener sus objetivos. ¿Puede usted ver la capacidad de las personas, logra detectar el potencial que tienen como para lograr que lo ayuden?
Después de las palara de Nehemías, el pueblo mostró gran entusiasmo. Las palabras de la gente lo demuestra: “Manos a la obra”. Esto solo nos indica que debemos decir y hacer. ¿Qué hemos hecho más grande en nuestra vida, las palabras o las acciones?
Hermano, ¿Cuántas cosas ha hecho en su vida? ¿Cuántas cosas ha dicho que hará? ¿Cómo se considera usted hasta ahora, una persona llena de éxitos o llena de proyectos? ¿Cómo considera que debemos ser los cristianos en cuanto a los planes que tenemos en mente? Leamos lo que nos dice Ro.12:11:
“Trabajen con mucho ánimo, y no seamos perezosos”.
Pongamos manos a la obra.
Cuando las palabras y las acciones concuerdan, solo podemos tener éxito.

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