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Mostrando entradas de abril, 2014

LA CRUCIFIXIÓN DE JESÚS, ¿CÓMO FUE?

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La mente occidental no puede captar con plenitud el significado de la crucifixión, debido a que es un hecho muy distante en el pasado, y totalmente ajeno a nuestra cultura. A nosotros hay que explicarnos la crucifixión, pero para los orientales, el solo hecho de nombrarla significaba la más horrenda forma de tortura y muerte. Ellos la entienden muy bien porque la vieron y practicaron durante siglos. LA ESCALADA AL CALVARIO Cuando un reo era ejecutado por crucifixión, primero sufría la insoportable etapa de la tortura. Las flagelaciones romanas eran conocidas por ser terriblemente brutales. Generalmente consistían de treinta y nueve latigazos. El soldado usaba un látigo con tiras de cuero trenzado con bolas de metal entretejidas.  Cuando el látigo golpeaba la carne, esas bolas provocaban moretones o contusiones, las cuales se abrían con los demás golpes.  Y el látigo también tenía pedazos de hueso afilados, los cuales cortaban la carne severamente. La víctima podía experime

ACTITUD DE CAMPEONES

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La gente dice que es muy aburrido leer las partes de la Biblia que son genealogías. Personalmente me gusta leerlas, porque en ellas podemos aprender una gran cantidad de cosas sobre los personajes, y algunos detalles importantes de la historia del pueblo de Israel. Hay un libro en las Escrituras, 1Crónicas, el cual abre con nueve capítulos completos de genealogías. Un nombre y otro, hijo de fulano, mengano y zutano, intrascendencia en la narración, y uno que otro dato interesante cada varios capítulos. Pero fue en este mar de nombres que encontré a un personaje, al cual el Espíritu Santo le dedica solamente dos versículos, y hay quienes han escrito libros sobre la base de estos dos textos. Se trata de Jabés, cuya trascendencia fue tal, que destacó en medio de tantas personas que se perdieron en el olvido de las mentes frágiles y la rudeza del tiempo. “Jabés fue más importante que sus hermanos. Cuando su madre le puso ese nombre, dijo: «Con aflicción lo he dado a luz». Jabés le

… AL CIENTO POR UNO

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Lic. Bruno Valle G. Era el año 1986, un año de cambios y el inicio de una maravillosa lucha que no terminará sino hasta que ilumine al mundo la eternidad. Aquel fue el tiempo en que conocí a Jesucristo, mi Salvador, mi amigo, por el testimonio sencillo de una mujer que pudo seducir mi corazón para entregarlo a él.  Quiero hablar de esa mujer, Isabel Zamora, gran obrera y evangelizadora de la iglesia del Señor. Nací en Managua, en 1970, en un barrio pobre, poblado de gente sencilla y con diversas  características. A mediados de los 70 llegó una familia a nuestra calle, los Solís Zamora, quienes se dedicaban a la música. La matriarca de este hogar era Isabel, quien quedó viuda siendo aún muy joven, y con una carga significativa de ocho hijos por mantener, y un gran corazón para adoptar uno más. Esta evangelista crio a sus hijos principalmente con la venta de comida por las noches en un puesto, que por acá en Nicaragua, llamamos “fritanga” por la forma en que se preparan los

JOSÉ, UNA VIDA DE CONVICCIONES

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Lic. Bruno Valle G.  La firmeza de lo que creemos se mide por el grado de disposición que tengamos para sufrir por dichas creencias. José, el padre terrenal de Jesús, era un hombre con creencias definidas. Estuvo dispuesto a hacer lo bueno sin importarle el dolor que le causara. Sin embargo, José tenía otra característica: no solo hacía lo bueno, sino que intentaba hacerlo como se debía.   Tomando decisiones en momentos difíciles Cuando María le habló acerca de su embarazo, José sabía que él no era el padre. Como conocía bien a María, al explicarle ella lo sucedido y ver la actitud que tenía hacia la criatura que iba a nacer, debió ser difícil  para él pensar que su novia había hecho algo indebido. Sin embargo, alguien era el padre de la criatura y le era difícil aceptar que ese "alguien" fuera Dios. José decidió terminar con su compromiso, pero estaba decidido a hacerlo de manera que no trajera consecuencias graves a María. Intentó actuar con justicia y con amor.

PIEL DE ZAPA

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Lic. Bruno Valle G.  Piel de Zapa es una obra del francés Honoré de Balzac, (1799-1850) ambientada en París, cuyo contenido deja una profunda reflexión para sus lectores. La novela fue escrita en tres secciones: El Talismán, la mujer sin corazón, y la agonía de su protagonista, Rafael de Valentín. La historia inicia con Rafael apostando una moneda de veinte francos, único dinero que le quedaba y que pierde en la apuesta. Ya en la miseria y caminando por la calle, entra a contemplar objetos en la tienda de un anticuario, y le confiesa al anciano que atendía, su decisión de suicidarse. A tal decisión, el anciano le ofrece una piel de zapa como alternativa al suicidio, la cual le concederá todos los deseos que él quiera, pero le advierte que con cada deseo solicitado, la piel se achicaría, y su vida también. El talismán devoraría, con cada deseo, la energía vital del joven. Rafael se arriesga, y el primer deseo que pide es tener un banquete digno de un gran rey, con mujeres

A SOLAS CON JESÚS

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Lic. Bruno Valle G.  Una de las últimas escenas del evangelio de Juan, presenta a Jesús diciendo a Pedro SÍGUEME. Después de un desayuno reconciliador en el cual el Señor restituye la confianza a Pedro, los dos dejan la orilla del lago para disfrutar de una relación más personal. El discípulo con su maestro, procurando estar muy cerca de su Señor. Este episodio nos ilustra una de las prácticas más importantes que cada creyente ha de cultivar: una relación íntima con Jesús, de amistad, de admiración por el Señor. Al igual que Pedro, muchos han comenzado a seguir a Jesús. Pero se debe tener cuidado de no perderse en el camino.  Cuando Jesús tenía solamente 12 años, sus padres, José y María, lo llevaron al templo para participar de la fiesta de la pascua, Lc.2:42-46: “ Cuando Jesús tenía doce años, asistieron al festival como siempre. Una vez terminada la celebración, emprendieron el regreso a Nazaret, pero Jesús se quedó en Jerusalén.  Al principio sus padres no se dieron