Ir al contenido principal

¿QUÉ ES EL ÉXITO?

Lic. Bruno Valle G.
Nadie quiere fracasar en esta vida. Sin embargo, hemos de tener bien definido el significado de éxito, ya que solo así podremos alcanzarlo conscientemente, si nuestros logros responden a nuestra idea de él.

El éxito no es la ecuación mundana “fama más dinero”. Muchísimas personas en el mundo tienen estos dos elementos, sin embargo, son infelices. ¿Por qué? Porque los bienes de este mundo no pueden satisfacer plenamente los deseos de realización personal que hay en el alma del ser humano. Si el sentimiento de satisfacción personal y realización no van de la mano con los logros que obtenemos, no podemos llamar éxito a eso.

El éxito conlleva sacrificio, pero no es sacrificar en sí. Una persona pierde muchas cosas importantes para lograr sus objetivos, ¿es ella alguien con éxito? Sacrificó a su familia con el fin de lograr su meta, perdió su matrimonio, se distanció de sus hijos, pero al final logró la carrera o el puesto deseado. ¿Eso es éxito? Nadie que pierde lo más valioso de su vida, aquello que aporta significado y razón de ser a su existencia, puede considerarse realmente exitoso.

Cuidado con el orden de valores que tengamos, jamás el tener debe anteceder al ser, pues de nada sirve obtener muchísimas cosas, pero carecer de principios que nos ayuden a manejar lo que tenemos. Puede que para tener recurramos a cualquier artimaña. Cuidado. Si para pasar el examen tiene que copiarse, ¿qué importancia tiene sacar buena nota, si no sabe nada? ¿De qué sirve que su empresa crezca económicamente a costa del sacrificio de sus empleados mal pagados? ¿O el deportista que recurre a artimañas para ganar la competencia, si al final realmente no gana por bueno sino por desleal? Ningún logro que se obtenga por una vereda y no por el camino correcto puede ser verdadero éxito.

El éxito es realización personal. Cuando usted haya logrado el objetivo que se propuso, pequeño o grande, sin el sacrificio de lo más importante, ha alcanzado el éxito. Cuando termine el curso que soñaba, se puede considerar una persona de éxito. Cuando logre culminar su carrera con buen promedio, es usted una persona de éxito, o si este día pudo perdonar aquella antigua ofensa que ese ser tan querido le propinó hace muchos años, u ofrecer la sonrisa que tanto agradó a quien la recibió. Éxito es el logro de cualquier objetivo, grande o pequeño, que nos propongamos.

Saber que ha logrado lo que deseaba producirá en su interior un sentimiento de satisfacción personal y una sensación de felicidad. Pero si se compara con otros, lo que sentirá es amargura, frustración.  No haga de las personas su medida de comparación, antes bien, sea usted mismo el estándar de competencia: supérese cada día a sí mismo.  Sea usted su propia montaña, y olvídese de los pequeños picos que mira en el horizonte.

Es posible que para el resto de personas sus logros no tengan significado. No importa. Realmente lo que cuenta es su satisfacción personal en cuanto a lo que ha logrado. No todos tenemos la misma vara para medir nuestros logros.

Sabe, la vida está llena de desafíos, y usted puede alcanzar muchos de ellos. ¡Tiene derecho! Sin embargo, no se olvide de seguir la ruta apropiada para alcanzar lo que realmente desea. No permita que nadie le imponga su criterio de éxito personal. Luche por lo que desea, grande o pequeño, y cuando lo obtenga, disfrútelo con sus seres queridos.  Eso será la coronación de cualquier logro.


Comentarios

Entradas populares de este blog

EL HÁBITO DE MALDECIR: CONSECUENCIAS Y CÓMO SUPERARLO

La función que tiene nuestra boca en el desarrollo de nuestra vida es muy importante. Con nuestras palabras podemos construir una buena vida o destruirla constantemente. Aunque no lo creamos, esto es bíblico y muy real. La raíz del mal Por las malas relaciones, muchos suelen proferir palabras de maldición hacia otros. Una persona puede maldecir tan frecuentemente, que deja de ser consciente de que lo hace.   Maldecir se vuelve un hábito automático en muchos. ¿Qué significa maldecir? Maldecir, literalmente significa condenar algo a destrucción . Cuando alguien maldice a una persona o cosa, está condenando a esa persona o cosa a la destrucción. Por eso es que el diccionario afirma que maldecir es el deseo que al prójimo le venga algún daño. Sin embargo, realmente el daño sucede a quien maldice y no a quien es objeto de maldición. En Levítico 19:14, la Biblia dice: “No maldecirás al sordo, y delante del ciego no pondrás tropiezo, sino que tendrás temor de tu Di...

ELÍ, LA NEGLIGENCIA TRAE SUS CONSECUENCIAS

Negligencia se define como “descuido u omisión” de la responsabilidad personal. También podríamos decir que es falta de esfuerzo y de aplicación  a las labores correspondientes. El ser negligente trae consecuencias severas, sobre todo cuando se es así en la familia. El ejemplo clásico en las Escrituras lo encontramos en el sacerdote Elí, quien a pesar de conocer la palabra de Dios y saber cómo debía actuar fracasó como padre y como líder religioso. Cuando Elí estuvo en el sacerdocio hubo oscuridad espiritual en Israel, al punto que la Palaba del Señor era escasa en aquellos días, 1Sa.3:1. La persona negligente no ignora lo que debe hacer, sencillamente, no lo hace. No es por falta de conocimiento que el negligente no actúa, sino por “pereza”. Elí sabía muy bien cuáles eran sus responsabilidades, incluso, un profeta llegó a advertirle lo que pasaría si él no reaccionaba, sin embargo, él no reaccionó, 1Sa.2:27-36. ¿Actualmente está atravesando alguna situación difíc...

NOEMÍ, DECISIONES EN CONTRA DE LA VOLUNTAD DE DIOS

Lic. Bruno Valle G.  Como seres humanos, somos libres de tomar las decisiones que queramos, sin embargo, también somos responsables de las consecuencias que estas nos puedan traer en el futuro. Si son buenas, excelente, pero si son malas, no podremos echar la culpa a nadie. Noemí fue una mujer judía emigrante, cuyas decisiones la llevaron al desastre y a recorrer un camino muy largo, plagado de sufrimiento, pero al final, logró aprender la lección y consiguió ser feliz. “ En los días en que los jueces gobernaban Israel, un hambre severa azotó la tierra. Por eso, un hombre de Belén de Judá dejó su casa y se fue a vivir a la tierra de Moab, junto con su esposa y sus dos hijos.    El hombre se llamaba Elimelec, y el nombre de su esposa era Noemí. Sus dos hijos se llamaban Mahlón y Quelión. Eran efrateos de Belén, en la tierra de Judá. Así que cuando llegaron a Moab se establecieron allí.   Tiempo después murió Elimelec, y Noemí quedó sola con sus dos hi...