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EL AMOR SE VA POR UN MOMENTO


Después de haber destetado a Lo-ruhama, Gómer volvió a quedar embarazada y tuvo un hijo. 
Oseas 1:8, DHH

El profeta Oseas vivió un drama con su esposa, y es evidente que ella lo rechazaba con frecuencia. El suspiraba de amor por ella, pero Gomer era indiferente, sobre todo, cuando amamantaba a su hija Loruhama. Oseas sufría en silencio el rechazo de Gomer, porque la amaba.

Cuando Gomer dejó de amamantar a su hija, pudo aceptar nuevamente en su cama a Oseas. ¿Por qué? Cuando una mujer está en un período de lactancia, su cuerpo hace uso de altos niveles de Prolactina y Oxitocina, dos hormonas que se requieren para la producción de leche materna, pero que también se necesitan en el proceso ovario, y por eso muchas mujeres que lactan a sus hijos, no tienen períodos. Es como si el cuerpo femenino, en esa etapa, dirige todas sus energías químicas a ser madre, sin dar énfasis a ser esposa. ¡Pobre Oseas!

Si los esposos no entendemos estos cambios en nuestras esposas, si no meditamos en que existen razones para esos cambios, seguramente pensaremos lo peor: que no nos aman, o podremos experimentar celos de nuestros hijos, o la relación se enfriará tanto que terminemos separados de por vida, y no por razones químicas, sino por razones emocionales.

Piense en esto: Toda conducta tiene una razón específica de ser, tratemos de conocer esa razón, y de esa forma, podremos ir al paso maravilloso del diseño de la vida, respetando sus cambios, sus pausas, porque todo esto es necesario para que la vida continúe tan hermosa como lo es.

Lic. Bruno Valle G.

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